Asesino
Por mucho tiempo mantuve mi vida en pausa, pero no más. A partir del día de hoy me convertiré en asesino. No lo haré por un sueldo, ya que considero que eso le daría sentido a mi nueva vocación. Para qué matar por una razón, si se puede matar por capricho.
Matar a todas las personas no sería prudente. Necesito un modus operandi, un modelo de selección caprichoso, pero al mismo tiempo sin sentido. Aún no lo decido, tal vez tenga que matar a un par de individuos al asar para después buscar un patrón. El arma homicida es un asunto que tampoco he definido.
Mi primera víctima será la señora de la tienda. Llegaré como siempre a pedir un litro de leche, una cajetilla de cigarros mentolados y un gansito. La señora sonreiría como siempre, según ella para aparentar amabilidad. Yo pensaría, como siempre, que intenta ligarme. Entonces tomaría mi arma homicida (¿una pistola, un cuchillo, un pedazo de vidrio, una estopa?) y le haría pagar su atrevimiento. No limpiaría la escena, por muy sangrienta que fuera y correría directo a mi casa. Conociendo mi calle, nadie diría nada. Tal vez el perro que duerme fuera de la tienda intentaría delatarme. Tal vez lo eliminaría a él también. Tal vez eso traiga más atención e indignación hacia mí, lo que acabaría prematuramente con mi nueva profesión…
Cuento inconcluso. Ficción. Por favor, no llame a la policía.
Matar a todas las personas no sería prudente. Necesito un modus operandi, un modelo de selección caprichoso, pero al mismo tiempo sin sentido. Aún no lo decido, tal vez tenga que matar a un par de individuos al asar para después buscar un patrón. El arma homicida es un asunto que tampoco he definido.
Mi primera víctima será la señora de la tienda. Llegaré como siempre a pedir un litro de leche, una cajetilla de cigarros mentolados y un gansito. La señora sonreiría como siempre, según ella para aparentar amabilidad. Yo pensaría, como siempre, que intenta ligarme. Entonces tomaría mi arma homicida (¿una pistola, un cuchillo, un pedazo de vidrio, una estopa?) y le haría pagar su atrevimiento. No limpiaría la escena, por muy sangrienta que fuera y correría directo a mi casa. Conociendo mi calle, nadie diría nada. Tal vez el perro que duerme fuera de la tienda intentaría delatarme. Tal vez lo eliminaría a él también. Tal vez eso traiga más atención e indignación hacia mí, lo que acabaría prematuramente con mi nueva profesión…
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Cuento inconcluso. Ficción. Por favor, no llame a la policía.