jueves, marzo 18, 2010

Reflexiones y filosofadas/El twitter tiene la culpa/El pop es un interesante objeto de estudio


El otro día, en esa maldita cosa hija del mal ocio llamada twitter, el cineadicto y algo neurótico compañero Paxton Hernandez (http://twitter.com/paxtonlooney) escribió lo siguiente:


“El pop en la música y el terror en el cine reciben el mismo tipo de reacciones esnobistas de gente ídem. Qué asco.”

Estoy de acuerdo en una parte de lo que dice. Ciertamente, los géneros cinematográficos como el terror, la comedia y cualquier cosa que no sea un drama épico tienden a ser menospreciados por mucha gente. No solo los snobs o los que se las dan de “muy conocedores de cine” ven al terror como un género menor, incluso un grueso de los seres humanos normales (jajajaja) tiende a menospreciar el cine de género. Y más si vemos esas “prestigiosas premiaciones” como los Óscares, en donde las películas de acción, de terror y de comedia suelen ser ignoradas, si acaso dejándoles los premios técnicos.

Ahora, no estoy de acuerdo en que este menosprecio sea comparable al que se le da a la música Pop. La verdad, no creo que sea tan simple como eso, aunque claro, un medio como twitter tiene la desventaja de tener un número limitado de caracteres, así que cualquier afirmación que se haga es difícil poder argumentarla. (Así que, Paxton, aquí si puedes aclarar tu punto, pero te aguantas a lo que yo tenga que escribir, jo)

En fin, que leer este comentario me hizo reflexionar muchas cosas. Una de ellas es: ¿Qué es el Pop? Para empezar, el término Pop aplicado a la música es demasiado ambiguo (conflicto común con las etiquetas en general) y no hace referencia a un parámetro específico.

Mucho del pop que puede escucharse hasta el cansancio en los medios generalmente se encuentra formado por una amalgama de géneros con cualidades específicas. Aunque las canciones de Britney Spears tengan elementos de Rithym and Blues, hip hop, funk o dance, se le considera pop. Es más, por lo general se suele decir que una banda de algún genero (comúnmente, el rock) se volvió “muy pop” cuando abandonan la experimentación y comienzan a hacer canciones de éxito probado y apegándose a una formula especifica.

Y ahí lo tienen. El pop, más que un género, es una condición en la cual se nos está vendiendo la música. Las grandes disqueras transnacionales buscan el pop. Los verdaderos artistas del pop no son los cantantes que vemos en todos los medios, sino la gente que está detrás de ellas, sus productores, sus managers, sus vestuaristas. Encontrar una formula pop es encontrar una mina de oro, es encontrar un sonido que muchas personas van a aceptar y a consumir en masa. Es encontrar a un hombre, una mujer, un grupo interracial que tendrá una imagen vendedora, que serán atractivos, imitables.

Pero ojo, lo anterior suele ser el pop más plástico, el que muchos de los snobs que menciona paxton no se cansan de insultar. Pero el pop puede llegar de diferentes lados y con diferentes intenciones. Un ejemplo claro son los Beatles. Esta fue una banda altamente influenciada por el rock and roll de los 50 en su primera etapa. Y también es el ejemplo perfecto de una banda pop. Vendían millones de discos, eran asquerosamente populares, sus canciones eran amigables para la radio, sus conciertos se abarrotaban de gente que solo quería verlos, no escucharlos. Los Beatles eran un producto tan redituable que, para el final de su carrera, sus integrantes podían hacer cualquier clase de experimentación y aún así ser un producto rentable, que se le podía vender a millones.

Y a veces el pop puede llegar de artistas no considerados pop. Metallica es una de las bandas más representativas del metal, pero discos como el Álbum Negro, Load y Reload son discos perfectamente pop, sin que esto sea un menosprecio. Las estructuras de las canciones eran formulas probadas y eran fácilmente radiables.

Otro asunto. Aunque las formulas probadas son el elemento principal del pop, a veces se puede encontrar un producto millonario en algo totalmente inesperado ¿Ejemplos nacionales? A finales de los noventa, Plastilina Mosh sacó un sencillo llamado “Mr. P Mosh” que, sin explicación alguna, resultó un trancazo comercial sumamente vendible. Digo, sin explicación, porque no tenía nada que ver con lo que se consideraba pop en esa época, era una suerte de canción hip hopera inclasificable, no era una formula probada.

En fin, que esto se esta volviendo una clavadez. Mejor volvamos a la analogía propuesta por Paxton. Estoy casi seguro que el se refiere al pop de diseño, ese que es desarrollado desde las grandes disqueras para vender millones, en donde se vende un sonido predigerido, una imagen que pueda ser considerada universalmente atractiva y sin más pretensión que quedar pegada en el subconsciente como chicle bomba. Si es así, es cierto que hay mucho snobismo en contra de todo esto, siendo que detrás de estos maniquíes vendidos como estrellas de pop se encuentran verdaderos artistas, como los Neptunes, Quincy Jones, Phil Spector y demás visionarios que, además de talentosos, son interesantes objetos de estudio.

Sin embargo, ya haciendo la analogía con el cine, creo que un disco Pop es más similar a un blockbuster veraniego que a una película de terror. Un disco de una Beyonce, con un video de alta rotación y con una producción de millones de dólares es más equiparable a Avatar que a la serie Saw. El Sgt, Pepper… de los Beatles es más parecido a Ben Hur que a La noche de los muertos vivientes.

Si, el pop y el cine de terror son menospreciados mamonamente. No, no están en la misma situación. :P

martes, marzo 09, 2010

Alicia en el país de las maravillas, de Tim Burton


Tim Burton es un director que siempre termina involucrándose en proyectos peculiares, que no siempre son del gusto de todos pero que se salen de lo común. Por otro lado, las historias de Lewis Carroll sobre Alicia son entrañablemente bizarras. Es probable que todos tengan al menos una noción de qué tratan estos cuentos, ya sea por las múltiples versiones para cine y televisión que se han realizado a la fecha o por mera cultura popular.

Los cuentos de Lewis Carroll parecen empatar con los temas recurrentes que Tim Burton aborda en sus películas, así que una adaptación fílmica de Alicia en el país de las maravillas no sonabatan descabellada en su filmografía. Es por eso que, después de haber visto la cinta de principio a fin, salta la pregunta: ¿Qué pasó aquí?

No se me malinterprete. Aunque soy fan de los cuentos de Carroll, no esperaba una adaptación íntegra de la historia. No adaptar los libros letra por letra no significa que no se pueda hacer algo interesante y digno de verse, aunque las libertades que se tomen en la realización sean abismales. Sin embargo, en este caso específico me parece que los cambios no resultan del todo satisfactorios. Es más, creo que el resultado es más genérico y promedio del que se pudiera esperar.

En esta ocasión se nos presenta una Alicia a punto de entrar en los veinte años y que ha soñado desde que era pequeña con criaturas extrañas habitantes de un mundo extraño. La crecida muchacha pronto se verá abrumada por un matrimonio impuesto por su madre, y al intentar escapar de esto se encuentra inmersa en el mundo extraño de sus sueños, pero que quizás sea más real de lo que ella cree… o algo así.

El punto de partida no suena del todo mal, la verdad. Es una forma interesante de abordar las aventuras de Alicia desde otra perspectiva, algo así como el regreso al país de las maravillas. Sin embargo, una vez que estamos en este mundo, el susodicho país y sus encantadoras locuras parecen quedar en segundo plano.

Si, Tim Burton no tenia mucho interés en abordar el mundo de Lewis Carol de manera íntegra ni imitando lo que ya había hecho Disney en la famosa versión animada. pero lo que me parece inexplicable, tanto por la obra en que está basada como por el director que la firma, es lo genérico que resulta todo.

Al parecer, el conejo blanco con prisa, Twedle du y Twwdle de, el gato de Chessire, las reinas blanca y roja y demás personajes aparecidos en los dos cuentos de Alicia (en el país de las maravillas y a través del espejo) no le parecieron del todo atractivos al director y decidió convertir todo en la típica historia sobre el elegido que tiene que cumplir su destino y enfrentar a un horrible mal (un dragón, como para ser lo más genéricos posibles) para salvarlos a todos… ¿Por qué? Un mundo bizarro, casi incoherente pero entrañable, con personajes complejos y atractivos ¿No era suficiente para hacer una película entretenida y fascinante? ¿Había que acercarla más parecida a cosas como Eragon? Me es difícil entender por qué se llegó a este resultado.

En lo positivo tenemos la caracterización y personalidad de los personajes. La mayoría de ellos son tan divertidos y fascinantes como los de los libros y su diseño general me parece muy bien logrado (aunque la animación no me parece tan afortunada). En fin, que en los momentos en quela historia se enfoca al gato de Chessire, el Sombrerero y la Liebre, Tweedledu y Tweedlede, etc. la pelicula brilla. Lamentablemente, estos personajes extrañamente fueron colocados en segundo plano, dejando en la superficie la trama genérica del elegido antes mencionada.

Es curioso todo lo que he escrito, ya que pareciera que me la pasé mal en la sala de cine, y lo cierto es que no fue así. La cinta se puede ver sin dificultad y es entretenida (al menos en mi opinión, porque ya leí por ahí que a muchos les pareció aburrida). En mi opinión, no es una película mala, sino intrascendente, fría. Para un director como Tim Burton resulta extraño. No porque siempre haga obras maestras, pero si algo tiene es que nunca es un director tan impersonal como aquí. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Disney tiene la culpa? Cómo saberlo. Lo cierto es que el producto final es éste. Uno muy olvidable.