Al servicio de la comunidad

Querido y preocupado lector de bitácoras cibernéticas, desechables y olvidables:

Usted ha visto morir el mes de diciembre, y por lo tanto, a ese esperpento llamado 2007. Creyó que con la muerte de ese remedo de año, morirían también sus preocupaciones. Lo cierto es que ya es enero y sus problemas siguen ahí.

Si señora, su marido seguirá menospreciándola y relegándola a la cocina. ¿Dice que lo ama? Usted nunca supo lo que era eso.

Si escuincle baboso, las chavas van a seguir sin pelarte. Es más, es probable que te salgan más barros de los que ya tienes. ¿Crees que eres feo? Espérate y veras.

Si muchachita, esas horribles dietas y depilaciones láser no fueron suficientes. La sociedad a la que tanto quisiste agradarle nunca estará satisfecha.

Si amante del fútbol. No importa cuantos boletos para el estadio haya comprado, o cuantos domingos haya pasado frente a la televisión, gritándole al Perro Bermúdez lo estupido que es. Su equipo jamás lo recompensara como es debido.

Además, ya es enero. Y la realidad lo ha golpeado a la cara. Cuando usted se lanzo a cuanta borrachera se le presentó, o cuando le vendió su alma a una empresa diabólica para poder comprar toda esa basura navideña, quizás no contempló las terribles consecuencias económicas, físicas y mentales que esto le traería. Ahora, se encuentra indefenso, pensando: ¿Por que la nueva hamburguesa de Burguer King no me hace feliz? ¿Por qué te empeñas en destruirme, carita de WallMart? ¿Realmente necesito toda esa linaza?

Pues despreocúpese. Los colaboradores de “Sangre en tus manos” (o sea, este monito y sus 4 periquitos australianos) le tenemos una solución para todos los males que lo aquejan:


Ahora que ya se relajo, saque su cabeza del horno, abróchese esos pantalones, tire por el inodoro esa cocaína (o aspírela, usted sabrá), y salga a la calle. Usted es alguien nuevo ahora. No nos agradezca, para eso estamos.